Ayer volvimos a reunirnos con la Asociación y los vecinos de Puerto Chico.
Como comentamos en la charla, en 2010, nos reunimos allí mismo, en el local de la Asociación, para empezar a hablar de la instalación de los ascensores. Afortunadamente, 15 años después, tenemos entre 120 y 150 comunidades con el ascensor instalado o en proceso de instalación, y eso nos está permitiendo dejar a los ascensores en un segundo plano y pasar a una nueva fase en la regeneración del barrio, la rehabilitación de la envolvente de los edificios y la eficiencia energética de las viviendas.
Y, si hace 15 años, nos encontrábamos solos la Asociación de Vecinos y Q21 arquitectura tratando de poner en marcha la instalación de los ascensores, en esta ocasión estuvimos bien acompañados por diversos agentes que se han incorporado a la regeneración urbana del barrio. En una charla de algo menos de dos horas, tuvieron su espacio Manuela Navarro, de la Asociación de Vecinos del Poblado Dirigido de Orcasitas, el primer barrio de Madrid de emisiones (casi) nulas, que nos contó la experiencia en la rehabilitación energética de su barrio, Alicia Gomis, de la Oficina Verde del Ayuntamiento de Madrid, que explicó las subvenciones que pueden solicitar los vecinos para hacer frente al coste de la obra, Fernando Martín-Consuegra, del Instituto Torroja, del CSIC, que trató la monitorización que se va a llevar a cabo en algunas viviendas para comprobar la calidad del aire y los consumos energéticos, antes y después de las obras, y Raúl Alonso, de Rebive, que colabora con nosotros en la realización del Proyecto de Envolvente Energética de los Edificios.
En cuanto a nuestra participación en la charla, quisimos destacar la parte social del proyecto, una de las piezas fundamentales de esta iniciativa. Desde el principio de nuestra colaboración con la Asociación de Vecinos hemos buscado que el objetivo final de todo este proceso sea mejorar las condiciones de vida de las personas que viven en Puerto Chico.
Por este motivo, cuando hablamos de rehabilitar, hablamos de volver a hacer habitable, es decir que viviendas que se construyeron en los años 60, con los materiales y las normativas propias de la época y que han quedado obsoletas, alcancen los estándares mínimos de habitabilidad. En el barrio de Puerto Chico existe pobreza energética, convivimos con vecinos que no pueden encender la calefacción o el aire acondicionado, o que en muchos casos ni siquiera lo tienen, porque no pueden pagarlo. Ahora, gracias a la rehabilitación energética y a las subvenciones podemos permitirles mejorar sus viviendas, podemos darles acceso a unas viviendas eficientes energeticamente y, aunque puedan seguir teniendo dificultades para pagar la calefacción, la mayoría de los días no será necesario que las enciendan sin perder confort en sus viviendas, porque con los aislamientos y las nuevas ventanas el calor del interior no se escapará por las fachadas.
Para todos aquellos que no pudieron asistir, seguiremos trasladando toda esta información a través de distintos canales y con nuevas reuniones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario