martes, 21 de febrero de 2012

Cuestión de confianza

Llevar a cabo un proyecto tan importante conlleva, necesariamente, atravesar diferentes etapas.
Etapas que duran años durante los cuales los vecinos han hablado, estudiado, debatido, disputado, sobre la posibilidad de instalar un ascensor. Tantos que practicamente todo el mundo lo daba ya por imposible.
Pero la realidad es testaruda, y devuelve una y otra vez a las conversaciones de los vecinos la precariedad de las viviendas en las que conviven.
El barrio se degrada y los primeros en darse cuenta son sus propios habitantes.

Ahora tenemos una nueva oportunidad de conseguir ese objetivo común que es la revitalización del barrio, pero es imprescindible tener confianza.
Confianza, primero, en nuestros propios vecinos. Debemos pensar que nadie quiere vivir en un lugar cada vez peor, que todo el mundo aspira a mejorar, pero que no todo el mundo puede conseguirlo. Cada persona y cada familia, tendrá sus motivaciones , sus dificultades, sus necesidades. Es necesario escucharles, entender porque, en este momento alguien no puede, no quiere, o no cree prioritario instalar un ascensor.

Hay que tener confianza. Confianza y esperanza en que podemos lograrlo. Los pasos se siguen dando, no paramos, y estamos provisto de kilos y kilos de paciencia para aguantar cuántas etapas nos queden.

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