Julián Marías.
La arquitectura moderna debe reunirse con la vida y bajar a la calle.
Debe ser abierta y promover la intervención del individuo, la personalización de viviendas, barrios o ciudades hechas por todos.
Debe luchar contra la apatía y el desinterés, buscando una arquitectura cinética liberada de códigos heredados, estáticos e inamovibles.
Una arquitectura, en fin, que viva el presente mirando hacia el futuro y no anclada en el pasado.
La arquitectura moderna debe reunirse con la vida y bajar a la calle.
Debe ser abierta y promover la intervención del individuo, la personalización de viviendas, barrios o ciudades hechas por todos.
Debe luchar contra la apatía y el desinterés, buscando una arquitectura cinética liberada de códigos heredados, estáticos e inamovibles.
Una arquitectura, en fin, que viva el presente mirando hacia el futuro y no anclada en el pasado.
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